Page 25 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL EN EL MUNDO GLOBALIZADO:
DE LOS NACIONALISMOS A LOS NICHOS DE CONSUMO 25
mitad del siglo XX, en materia de mercado y sistemas tecnoinformáticos, provocaron un detri-
mento de las tradiciones e instituciones que en su momento operaron como contenedores del
espíritu de las sociedades nacionales (Giddens, 2000); en su lugar, se fue imponiendo el espectro
de un mercado y una cultura global desterritorializada capaz de dislocar las identidades nacionales.
DE LO NACIONAL A LO TRANSNACIONAL: LA GLOBALIZACIÓN DEL
FÚTBOL
El término globalización es empleado por distintos autores para referirse al conjunto de cam-
bios sociales, económicos, políticos y culturales que han acontecido en el mundo en las últimas
décadas. Estos han propiciado dislocaciones heterogéneas en las estructuras del sentimiento que
ordenaron las experiencias colectivas, los modos de producción material y simbólica, el poder y la
imaginación de los grupos sociales durante las primeras fases de la modernidad. Así pues, se trata
de un involucramiento planetario que ha venido diluyendo la imagen de un mundo dividido en
unidades político-administrativas aisladas, para conformarlo como una unidad político-económica.
Si bien es cierto que las conexiones e intercambios informáticos, culturales y comerciales han
estado presentes en toda la historia de la humanidad, es posible diferenciar el grado de sofistica-
ción alcanzada por los nuevos circuitos informáticos, migratorios y comerciales. Las formas en que
hoy la humanidad gestiona las distancias espaciales no han tenido precedente; luego, mantener un
contacto permanente y simultáneo con otras latitudes ha dejado de ser algo impensable.
Siguiendo la línea de Giddens (2000), se puede entender la globalización como el resultado
de dos grandes coyunturas en la historia de la técnica humana: en primer lugar, la expansión global
del modelo económico neoliberal, agenciado a partir de la década de los setenta por los países del
norte industrial. Un modelo caracterizado por fortalecer los ritmos del mercado en detrimento de
la intervención estatal, por favorecer la iniciativa corporativa transnacional y por legitimar la cultura
del consumo como eje central de los itinerarios sociales. En segundo lugar se encuentra el alto
grado de sofisticación tecnocientífica alcanzada en materia de comunicación y transporte, que ha
favorecido el grado de interacción transnacional necesaria para cristalizar el modelo económico.
El resultado es una economía electrónica mundial hipermóvil y descentralizada, condicionante de
las dinámicas geopolíticas.
Universidad Autónoma de Chiapas