Page 74 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
       74                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






               representación del juego, además de la experiencia del espectador. En ese sentido, lo que aquí
               supongo es que la imagen narrativa del fútbol intenta mantener un nivel meramente perceptual en
               el que apenas se prefiguran ciertas acciones derivadas de la relación con la imagen.

                    Cuando la repetición ofrece una imagen del hecho, sea una falta, un fuera de juego o un
               reclamo, tiene detrás una prefiguración de lo que debe mostrarse, y es justo ese deber mostrar
               lo que permanece oscurecido en la repetición. Aparentemente, lo que se busca es juzgar una ac-

               ción como legítima o no, grave o no tan grave. Así, la imagen-percepción en la que permanece la
               experiencia de ver el juego inscribe, a su vez, un cúmulo de prefiguraciones de diversa índole. Por
               ejemplo, la cámara puede mostrar una entrada agresiva sobre otro jugador, pero importa la ma-
               nera en que la muestre, puesto que puede ofrecerse como una imagen que le dota de todos los

               defectos y carga moral negativa a quien comete la falta, o como un error circunstancial del juego.
                    El deber mostrar de la repetición aparece como una aspiración de imparcialidad, como una

               forma de desnudar el acto (por ello el pornofútbol). Una vez despojado de su recubrimiento,
               parece que solo queda el hecho irrenunciable, la evidencia de lo que es y no puede ser de otra
               manera. Sin embargo, entre todo ello queda, oscurecido, el juicio y la idea de que solo hay un
               veredicto posible, pero, más aún, que ese veredicto debe realizarse de acuerdo con lo que la

               imagen muestra. Así, la imagen adquiere un carácter autorreferencial, es su propia fuente.
                    La imagen narrativa del fútbol consolida la imagen-percepción, en tanto muestra los cuer-
               pos, las formas. De alguna manera, también contradice lo que el mismo Deleuze supondría de la

               imagen-movimiento del cine: quiere reducir las imágenes a instantes privilegiados, a hechos clave
               desanclados del todo que no es el partido, sino el propio fútbol, ese devenir sin interrupciones
               en el que circularían distintos elementos, distintas configuraciones, movimientos y afecciones. Así,

               lo que en un principio pretende el montaje con la representación del fútbol es enclaustrarla, de-
               signarla y delimitar la manera de consumirla y reproducirla. Por ello es que los estilos de juego se
               van capturando por una noción homogénea de lo que debe ser el juego.

                    En este sentido, lo que Jaime del Val (2009) reflexiona sobre la comunicación actual (y que
               deriva en la imagen como una forma de comunicación) tiene mucho sentido; dice:

                    La comunicación en la sociedad de la información, tanto en su forma telemática como presencial asume
                    como marco de inteligibilidad y condición de posibilidad un encuadre, enfoque y distancia determina-
                    dos, que de hecho dan cuenta de la constitución de un sujeto inteligible y de su potencial de significación
                    (p. 125-126).






                            Universidad Autónoma de Chiapas
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