Page 73 - Fútbol y globalización
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PORNOFÚTBOL Y LOS USOS DE LA IMAGEN               73
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           privilegiado, algo que congela el instante y, en ese congelamiento, supone haber capturado todo
           el significado y el sentido de aquello que ha congelado. Por lo contrario, esos cortes son parte de
           una serie de imágenes que adquieren significados en su conjunto, y no como fotogramas.
                La imagen-movimiento representa algo más que el encuadre. Este último implica un sistema

           relativamente cerrado que comprende todo lo que está en la imagen (Deleuze, 1984). El encua-
           dre supone la puesta de límites, lo que representa un conjunto integrado por partes determinadas
           que están dentro de esos límites y cierran la posibilidad de la percepción sobre lo que disponen

           para la mirada. Sin embargo, Deleuze admite que esos encuadres (1984) remiten, a su vez, a un
           fuera de campo, y estos fuera de campo reenvían a un modo de enmarque particular. De esta
           forma, la relación no estaría automáticamente clausurada dentro del cuadro, sino que también
           habilitaría la posibilidad de pensar algo fuera de él, abriendo el conjunto (originalmente cerrado),

           a la noción del todo (abierto y configurado por el puro devenir sin interrupción).
                La manera en que traduzco esta aproximación de Deleuze (1984) al análisis de la imagen
           narrativa del fútbol parte, precisamente, del cuestionamiento de que aquello que Deleuze supone

           que la imagen-movimiento ha abierto, el régimen hiperreal del pornofútbol se está encargando de
           cerrarlo. Aunque hablamos de dos cosas distintas, me parece que parte de lo que Deleuze analiza
           cabe bien para incorporarlo en la propia estructura narrativa audiovisual del fútbol. En principio, lo
           que Deleuze descubre, por una parte, del cine es que pone en relación sus imágenes entre sí (los

           cuadros) y por otra abre un espacio para la percepción a través del encuadre. De tal forma que
           aparece el primer avatar de la imagen-movimiento (Deleuze, 1984): la imagen-percepción. Esta
           se encuentra referida a un centro de indeterminación que desprende una acción virtual anticipante

           sobre las cosas que observa. Esto opera en dos sentidos: una percepción de la manera en que
           el espectador actúa sobre las cosas y de cómo las cosas actúan sobre sí. Esta imagen-percepción
           está vinculada a los cuerpos.
                Además, Deleuze habla de la imagen-acción como el segundo avatar de la imagen-movi-

           miento. Esta imagen-acción vincula el movimiento a los actos. Por tanto, mientras la imagen-
           percepción refiere a los cuerpos como sustantivos (lo que se percibe), la imagen-acción refiere
           a los actos como verbos (lo que se hace). Entre estas dos imágenes hay un intervalo: la afección,
           expresada como una percepción perturbadora y una acción vacilante. Esto, a decir de Deleuze,

           supone que hay movimientos exteriores que no se vuelven objetos de percepción ni actos del
           sujeto. Al plantear una lectura del fútbol a través de estas imágenes pretendo problematizar la






                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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