Page 101 - BORGES INTERACTIVO
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JOSÉ MARTÍNEZ TORRES  •  ANTONIO DURÁN RUIZ      101






                Esa tentativa retórica me pareció una prueba de que se había serenado. Le pregunté qué
           otros volúmenes del maestro había recorrido.Enumeró dos o tres, entre ellos El doble. Le

           pregunté si al leerlos distinguía bien los personajes, como en el caso de Joseph Conrad, y si

           pensaba proseguir el examen de la obra completa.

                —La verdad es que no —me respondió con cierta sorpresa. Le pregunté qué estaba es-

           cribiendo y me dijo que preparaba un libro de versos que se titularía Los himnos rojos. También

           había pensado en Los ritmos rojos.

                —¿Por qué no? —le dije—. Podés alegar buenos antecedentes. El verso azul de Rubén

           Darío y la canción gris de Verlaine.

                Sin hacerme caso, me aclaró que su libro cantaría la fraternidad de todos lo hombres. El
           poeta de nuestro tiempo no puede dar la espalda a su época. Me quedé pensando y le pre-

           gunté si verdaderamente se sentía hermano de todos. Por ejemplo, de todos los empresarios

           de pompas fúnebres, de todos los carteros, de todos buzos, de todos los que viven en la acera

           de los números pares, de todos los afónicos, etcétera. Me dijo que su libro se refería a la gran

           masa de los oprimidos y parias.

                —Tu masa de oprimidos y de parias —le contesté— no es más que una abstracción. Sólo

           los individuos existen, si es que existe alguien. El hombre de ayer no es el hombre de hoy sen-
           tencio algún griego. Nosotros dos, en este banco de Ginebra o de Cambridge, somos tal vez

           la prueba. Salvo en las severas páginas de la Historia, los hechos memorables prescinden de

           frases memorables. Un hombre a punto de morir quiere acordarse de un grabado entrevisto

           en la infancia; los soldados que están por entrar en la batalla hablan del barro o del sargento.

           Nuestra situación era única y, francamente, no estábamos preparados. Hablamos, fatalmente,

           de letras; temo no haber dicho otras cosas que las que suelo decir a los periodistas. Mi alter

           ego creía en la invención o descubrimiento de metáforas nuevas; yo en las que corresponden








                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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