Page 178 - BORGES INTERACTIVO
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                    Copio otra celebrada severidad del mismo escritor: Sentiríamos que la circunstancia de
               haberse puesto en venta el alegato del doctor Piñero, fuera un obstáculo serio para su difusión, y

               que este sazonado fruto de un año y medio de vagar diplomático se limitara a causar «impresión»

               en la casa de Coni. Tal no sucederá, Dios mediante, y al menos en cuanto penda de nosotros, no

               se cumplirá tan melancólico destino. Otra vez, también, la banalidad portentosa de la censura:

               reírse de los pocos interesados que pueden congregar un escrito y de su pausada elaboración.

                    Una vindicación elegante de esas miserias puede invocar la tenebrosa raíz de la sátira.

               Esta (según la más reciente seguridad) se derivó de las maldiciones mágicas de la ira, no de

               razonamientos. Es la reliquia de un inverosímil estado, en que las lesiones hechas al nombre

               caen sobre el poseedor. Al ángel Satanail, rebelde primogénito del Dios que adoraron los
               bogomiles, le cercenaron la partícula il, que aseguraba su corona, su esplendor y su previsión.

               Su morada actual es el fuego, y su huésped la ira del Poderoso. Inversamente narran los ca-

               balistas, que la simiente del remoto Abram era estéril hasta que interpolaron en su nombre la

               letra he, que lo hizo capaz de engendrar.

                    Swift, hombre de amargura esencial, se propuso en la crónica de los viajes del capitán

               Lemuel Gulliver la difamación del género humano. Los primeros —el viaje a la diminuta re-

               pública de Liliput y a la desmesurada de Brobdingnag— son lo que Leslie Stephen admite:
               un sueño antropométrico, que en nada roza las complejidades de nuestro ser, su fuego y su

               álgebra. El tercero, el más divertido, se burla de la ciencia experimental mediante el consabido

               procedimiento de la inversión: los gabinetes destartalados de Swift quieren propagar ovejas

               sin lana, usar el hielo para la fabricación de la pólvora, ablandar el mármol para almohadas,

               batir en láminas sutiles el fuego y aprovechar la parte nutritiva que encierra la materia fecal.

               (Ese libro incluye también una fuerte página sobre los inconvenientes de la decrepitud). El











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