Page 493 - BORGES INTERACTIVO
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     JOSÉ MARTÍNEZ TORRES  •  ANTONIO DURÁN RUIZ      493
           al mismo tiempo, una línea de Shakespeare? ¿Quién posee esta libertad? ¿Quién es no sólo
           uno sino muchos? ¿Quién, incluso cuando el poema, como dijo Shelley, es uno y universal, es
           quien lo lee? ¿Quién, incluso cuando, de acuerdo con Emerson, el autor es el único autor de
           todos los libros jamás escritos, es siempre diverso? ¿Quién, después de todo, los lee: al libro
           y al autor? La respuesta, desde luego es: Tú, el lector. O Nosotros, los lectores.
                De tal forma que Borges ofrece un libro, un tiempo, un espacio, una biblioteca, un uni-
           verso, únicos, totales, pero vistos y leídos y vividos por muchos lectores, leyendo en muchos
           lugares y en tiempos múltiples. Y así, el libro total, el libro de libros, justificación metafísica
           de la biblioteca y el conocimiento totales, del tiempo y el espacio absolutos, son imposibles,
           toda vez que la condición para la unidad de tiempo y espacio en cualquier obra literaria es la
           pluralidad de las lecturas, presentes o futuras: en todo caso, potenciales.
                El lector es la herida del libro que lee: por su lectura se desangra toda posibilidad tota-
           lizante, ideal, de la biblioteca en la que lee, del libro que lee, o incluso la posibilidad de un
           solo lector que es todos. El lector es la herida de Babel. El lector es la fisura en la torre de lo
           absoluto.
                Borges crea totalidades herméticas. Son la premisa inicial, e irónica, de varios cuentos
           suyos. Al hacerlo, evoca una de las aspiraciones más profundas de la humanidad: la nostalgia
           de la unidad, en el principio y en el fin de todos los tiempos. Pero inmediatamente, traiciona
           esta nostalgia idílica, esta aspiración totalitaria, y lo hace, ejemplarmente, mediante el incidente
           cómico, mediante el accidente particular.
                “Funes el memorioso” es la víctima de una totalidad hermética. Lo recuerda todo. Por
           ejemplo: siempre sabe qué hora es, sin necesidad de consultar el reloj. Su problema, a fin de
           no convertirse en un pequeño dios involuntario, consiste en reducir sus memorias a un nú-
                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
     	
