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208 VALENTINA EDUWIGES ESTRADA GUEVARA ELISA CRUZ RUEDA esta característica de distancia y tensión entre una realidad fáctica de dominación y un deber ser, es permanente en el concepto Estado? En este documento se afrma que sí. Para Guillermo O’Donell, el Estado es “el componente específcamente político de la domi- nación en una sociedad territorialmente delimitada” y el poder es “la capacidad actual y potencial de imponer regularmente la voluntad sobre otros, incluso pero no necesariamente contra su resistencia”. O’Donell resalta con ello los aspectos políticos de la dominación que afrma es rela- cional, “una modalidad de vinculación entre sujetos sociales es por defnición asimétrica, ya que es una relación de desigualdad” (O’Donell, 2003:2-3). No obstante, aclara el autor, aun asimétrico, se trata de un orden ya que “proporciona una predictibilidad social generalizada” y las decisiones tomadas desde el poder, son acatadas. O’Donell, clasifca los recursos de dominación en físicos, b) económicos, c) de información (incluyendo conocimientos científco-tecnológicos) y d) ideológicos. Señala que un Estado efcien- te, es aquel que logra el sometimiento por medios ideológicos, es decir que no es necesaria la coerción por medios físicos, sino que son sufcientes los medios políticos ya que los subordinados encuentran de algún modo más conveniente el sometimiento al poder que el constante enfren- tamiento al mismo. Es de entender y se deduce, que cada Estado enfrenta el reto de mantener el control, ya sea mediante recursos socioculturales específcos, aplicando estrategias políticas adecuadas a las características de los grupos que pretenden dominar (con el fn de legitimar ese dominio), o al menos, generar condiciones en las que los subordinados al evaluar su posición en- cuentren más conveniente someterse que revelarse. El argumento de O’Donell, es: […] los Estados están interrelacionados de distintas maneras con sus respectivas sociedades. Debido a esta diferente inserción, las características de cada Estado y de cada sociedad infuyen poderosa- mente sobre las características de la democracia que habrá (o no) de consolidarse -o simplemente sobrevivir y eventualmente ser derrocada. Estas afrmaciones son bastante obvias, pero no hemos estudiado sus implicaciones desde el punto de vista de la problemática de la democratización. Esto se debe a que manejamos conceptos (en especial el de Estado) que, tal como son formulados en casi toda la bibliografía contemporánea, no nos ayudan demasiado en el tema que nos ocupa…el Estado también es y no menos fundamentalmente un conjunto de relaciones sociales que establece un cierto orden y en última instancia lo respalda con una garantía coactiva centralizada sobre un territorio dado (O’Donell, 2007:80-81) Universidad Autónoma de Chiapas