Page 114 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
      114                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






                    la consideración objetual y estética de las mujeres tiene un claro ejemplo en las transmisiones depor-
                    tivas: si antes un recurso habitual en la selección de la información consistía en exhibir sin justificación
                    alguna y de forma aleatoria rostros y cuerpos femeninos en las gradas, hoy también se recurre a la
                    erotización de las noticias de deporte femenino, en ocasiones acompañadas sin rubor por algunos co-
                    mentarios explícitos del periodista acerca del atractivo físico de las deportistas (p. 156).
                    Archetti (1985) ha estudiado la forma en que el fútbol se constituye como universo mascu-

               lino al requerir la reafirmación constante de su virilidad en contraposición a dos imágenes: la del
               púber y la del homosexual. Este segundo aspecto puede verse claramente reflejado en el grito de
               “puto” en los estadios mexicanos (Cabrera Pons, 2014). Lomas (2004, p. 22) subraya, además,
               el carácter pedagógico del fútbol en la formación de los varones: “los chicos interiorizan el código

               ético que subyace a esta mística de la masculinidad dominante, tan característica del arquetipo tra-
               dicional de la virilidad, y ‘aprenden a ser hombres’ en los diversos ámbitos en los que se produce
               su socialización”. Lo mismo puede decirse de los productos específicos del deporte, cuyo destina-
               tario es por excelencia varón: “es posible, en suma, afirmar que las gramáticas de producción que

               sostienen al discurso futbolístico provienen mayoritariamente del universo masculino” (Binello et
               al., 2000, p. 33).
                    Que el fútbol sea percibido como territorio de la masculinidad se evidencia en los títulos que
               representan a cada equipo: como recuerda Villena (2006), solo las selecciones femeniles se adje-

               tivan (Selección de México/Selección Femenil de México, Mundial de Fútbol/Mundial Femenil de
               Fútbol), distinción que se repite al nombrar a los diferentes clubes, por ejemplo: Chelsea Football
               Club/Chelsea Ladies Football Club. Esta nomenclatura resalta cierta imagen de “intrusa”, que de-
               fine el rol de la mujer en el fútbol: su participación debe enunciarse, pues es discursivamente una

               anomalía. Binello et al. (2000, p. 36) encuentran que la súbita inclusión de la mujer en el ámbito
               hipermasculino del Mundial de Fútbol responde “a las narrativas del espectáculo y de la necesidad
               de convocar audiencias cada vez más extendidas e inclusivas”. Esta inclusión masiva, no obstante,
               decrece una vez que la competencia ha terminado. Este doble mecanismo nos permite compren-

               der que el Mundial Canadá 2015 haya sido un espectáculo tan global, a la vez que la visibilización
               del mundial femenil fue abismalmente inferior al del masculino y que se trate de un evento tan
               comentado del que el público haya dejado de hablar tan pronto.
                    Para evidenciar la manera en que estas dinámicas funcionan, a continuación reviso una bre-

               ve selección de opiniones, charlas y descripciones emitidas por diferentes comentaristas, tanto
               hombres como mujeres, durante los partidos del Mundial Canadá 2015, en emisiones de México.






                            Universidad Autónoma de Chiapas
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