Page 41 - Fútbol y globalización
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LA FUTBOLIZACIÓN DEL MUNDO: ENTRE LA DECEPCIÓN
                                                                POLÍTICA EN EL CAPITALISMO HIPERMODERNO           41






           nitivamente detiene el sufrimiento?, ¿ya se cansó la izquierda de la inutilidad de un biombo macro
           para criticar al deporte?



              OPIO Y FALSA CONCIENCIA

                No obstante que el tema ya ha sido posicionado en diversos niveles de análisis, cosa que le

           ha dado al fútbol estatus y credencial de mayoría de edad, todavía hay voces teóricas que denotan
           esta difusión del deporte en el mundo (Eagleton, 2010; Hobsbawm, 2006). Como parte de un
           lugar común entre la jerga marxista, se incluye al fútbol en el paquete de lo que se denominó falsa
           conciencia, aquella que acumula datos fútiles y distanciados de una realidad vulnerada en extremo

           y que impiden precisamente ponderar su estado.
                Sin embargo, el debate apenas se sostuvo ante la especie de que son los medios masivos de
           información contemporáneos los que crean el auténtico consenso. La hipótesis señala que han
           sido rebasados los antiguos aparatos ideológicos, definidos por Althusser, bajo un esquema rígido
           de sociedad vertical donde prevalecía la iglesia, la escuela y la familia como las principales fuentes
           que esparcían una visión del mundo. Posteriormente se ha matizado el pensamiento althusseriano

           con el concepto hegemonía en Gramsci, donde el consenso de una sociedad se obtiene de forma
           activa y pasiva. En todo caso se habla de que los aparatos de hegemonía por excelencia en la ac-
           tualidad son los mass media que han sustituido precisamente a la Iglesia, a la familia y a la escuela
           como la institución que genera y regenera el tejido (Esteinou, 1993). Aunque lo de la sustitución

           estaría todavía por verse —mass media por instituciones—, lo que también es objeto de duda es
           saber cómo se consensua en la sociedad contemporánea, cómo se genera y regenera el tejido.
                Lo que es cierto es que esta idea unidireccional, en el caso de teóricos como Althusser, ya no
           tiene cabida en un mundo que ha demostrado que se está más allá de las premisas orwellianas y
           a cambio se está en un mundo demandado por la visibilización de la diversidad cultural (Castells,
           2000; García Canclini, 1999; Martín-Barbero, 1987; Prieto Castillo, 1980). Por tanto, el propó-

           sito del texto no es evadir exactamente el tema, sino acotarlo a otra dimensión. Compartiríamos
           desde el nivel macro esa posición que vuelve opio al fútbol. En principio resulta lo más cómodo
           para descalificar lo que, sostenemos, enseña matices varios a considerar, incluso desde una faceta
           que más que sociología recupera enfoques antropológicos sin perder de vista, por ejemplo a nivel

           sociológico, la mutación de los sentimientos de nación (Añorve, 2016; Perceval, 1995) en frag-
           mentos o más bien concentrados en los colores de un equipo.






                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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