Page 57 - Fútbol y globalización
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QUIMERAS HUMANAS, QUIMERAS DE FÚTBOL              57






                En la final de la Liga de Campeones, de 2009, el entrenador francés del Arsenal señalaba que
           la estética del Barcelona no bastaría para levantar la orejona , a lo que Johan Cruyff responde: “te-
                                                                       3
           ner un estilo es más importante que tener un trofeo”, sugiriendo que ser artista es más complejo
           que ser eficaz (Villoro, 2014). Nuestra adhesión a un equipo de fútbol tiene que ver más con

           sensaciones, herencias, colores o momentos que con cuestiones racionales. Nuestra valoración
           para seguir a tal o cual equipo suele ser subjetiva. En mi caso, la adscripción al Barcelona pasa por
           diversos aspectos.
                La identificación ocurrió en la época de mayor difusión del Real Madrid en México, cuando

           Televisa pasaba semanalmente cada uno de sus partidos, aprovechando la presencia de Hugo
           Sánchez en el equipo merengue. A pesar de que la mayoría de los niños se identificaba con estos
           colores, en mí algo no hacía click. Entonces, recuerdo escuchar un personaje que deslumbró con
           su juego en los 70 y que decía algo más o menos así: “aquí tenemos que disfrutar el juego, for-

           jarnos una identidad con los que están en la cantera, saber que nosotros jugamos pensando en el
           arco de enfrente más que en el nuestro, necesitamos recuperar el espíritu primigenio del fútbol,
           saber que la creatividad no está reñida con la disciplina”. Cruyff tomaba las riendas de un alicaído
           Barcelona.

                Desde entonces creo que ganar pasa por tener claro un estilo de juego y desarrollarlo a
           cabalidad; entender que el fútbol es una expresión artística para disfrute de cuerpo y alma; que
           los canteranos tienen que ser parte fundamental de todo proyecto institucional; que el esfuerzo
           es para retomar el despliegue creativo; que acceder a títulos permite fortalecer nuestra idea,

           pero que ganar y perder forman parte del juego. Cuando alguien comenta que para espectáculo
           o disfrutar el juego es mejor ir al circo, se olvida que jugamos para divertirnos, para disfrutar, no
           solo para ganar. Entiendo que conseguir títulos forma parte de ganar, lo que no acepto es que
           sea la medida exclusiva para medir el ganar. Ganamos cuando somos como queremos ser, o nos

           encontramos en el camino de lo que queremos ser y alcanzamos aquello que queremos. Hoy se
           dice que Pep Guardiola fracasó como entrenador del Bayern de Múnich cuando logró un estilo
           atractivo para la tribuna, promovió a jóvenes en el primer equipo, obtuvo tres campeonatos de
           liga, dos de copa, una supercopa y un campeonato de clubes, pero no ganó el de la Champions

           League. Otra vez, quizá los parámetros de éxito y fracaso resultan muy estrechos.



           3   Expresión coloquial con la que se conoce al trofeo que otorga la Champions League a su campeón.






                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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