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modo: “Dios crea el Arquetipo (la idea original) de la mesa; el carpintero, un simulacro”. Otro
es el de Mahoma, que declaró que toda representación de una cosa viva comparecerá ante
el Señor, el día del Juicio Final. Los ángeles ordenarán al artífice que la anime; éste fracasará y
lo arrojarán al Infierno, durante cierto tiempo. Algunos doctores musulmanes pretenden que
sólo están vedadas las imágenes capaces de proyectar una sombra (las esculturas)… De Plo-
tino se cuenta que estaba casi avergonzado de habitar en un cuerpo y que no permitió a los
escultores la perpetuación de sus rasgos. Un amigo le rogaba una vez que se dejara retratar;
Plotino le dijo: “Bastante me fatiga tener que arrastrar este simulacro en que la naturaleza me
ha encarcelado. ¿Consentiré además que se perpetúe la imagen de esta imagen?”.
Nathaniel Hawthorne desató esa dificultad (que no es ilusoria) de la manera que sabemos;
compuso moralidades y fábulas; hizo o procuró hacer del arte una función de la conciencia. Así
para concretarnos a un solo ejemplo, la novela The House of the Seven Gables (La casa de los
siete tejados) quiere mostrar que el mal cometido por una generación perdura y se prolonga
en las subsiguientes, como una suerte de castigo heredado. Andrew Lang ha confrontado esa
novela con las de Emilio Zola, o con la teoría de las novelas de Emilio Zola; salvo un asombro
momentáneo, no sé qué utilidad puede rendir la aproximación de esos nombres heterogé-
neos. Que Hawthorne persiguiera, o tolerara, propósito de tipo moral no invalida, no puede
invalidar, su obra. En el decurso de una vida consagrada menos a vivir que a leer, he verificado
muchas veces que los propósitos y teorías literarias no son otra cosa que estímulos y que la
obra final suele ignorarlos y hasta contradecirlos. Si en el autor hay algo, ningún propósito, por
baladí o erróneo que sea, podrá afectar, de un modo irreparable, su obra.
Un autor puede adolecer de prejuicios absurdos, pero su obra, si es genuina, si respon-
de a una genuina visión, no podrá ser absurda. Hacia 1916, los novelistas de Inglaterra y de
Universidad Autónoma de Chiapas