Page 412 - BORGES INTERACTIVO
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                    En El Aleph, Borges se burla del medio social de Beatriz, pero lo hace a través del primo
               de ella y rival de él, Carlos Argentino Daneri.

                    Con el paso del tiempo, que va modificando el lenguaje de acuerdo a las mutuas influen-

               cias entre las diversas capas sociales, no todos se darán cuenta ahora de lo que significaba en

               la Argentina recalcar la letra «ese» al final de una palabra. Los padres italianos prescindían de

               las «eses» finales, pero los hijos tendían a exagerarlas. Hay otros detalles de Carlos Argentino

               que lo sitúan, empezando por su nombre, ese “Argentino” añadido como una escarapela para

               disimular una incertidumbre. Carlos Argentino invita a Borges a “tomar la leche” en una confi-

               tería que sabemos es de “medio pelo”, ineludiblemente, por haber sido elegida por el poeta,

               que la describe “tan elegante como una confitería de Flores” (una exageración de Borges que
               recuerda algunos sarcasmos mal calculados de Bustos Domecq). Flores era un barrio de reso-

               nancias cursis en los años cuarenta: “Tomar la leche” era merendar, pero como en la Argentina

               la palabra “merendar” no se usaba ni se usa, lo correcto socialmente era “tomar el té”, aunque

               se tomara leche, café, toddy o chocolate. “Tomar la leche” situaba socialmente; mejor dicho,

               desbarrancaba. En esto incurre Carlos Argentino Daneri.

                    Los poemas de Carlos Argentino Daneri hacen rimar “nordnoroeste” con “blanquiceles-

               te”; hoy, Carlos Argentino usaría expresiones como “problemática borgiana”, palabras como
               “filme” o “impactar”. Estas tristes palabrejas, que habrían de horrorizar a Borges cuarenta años

               más tarde, todavía no infectaban los diarios. En tiempos de Carlos Argentino se decía senci-

               llamente los «temas», el «film», la «película» o la «vista», «impresionar». (Sospecho que buena

               parte de las burlas que hace Borges de la poesía y los modos de hablar de Carlos Argentino

               Daneri se pierden para el lector de hoy.)

                    En Carlos Argentino Daneri el autor se burla de los que tienen ante la literatura la misma

               actitud pomposa y poco perceptiva que iban a tener los entusiastas «borgísticos» cuarenta








                             Universidad Autónoma de Chiapas
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