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LOS BOVINOS CRIOLLOS EN EL GOLFO DE MÉXICO
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animales fueron dispersados en potreros de la costa veracruzana. Aunque en un principio fueron
rechazados, finalmente estos bovinos fueron comprados por ganaderos locales. La adaptación de
las razas introducidas prosperó en la región. Skerrit (1989) documentó que en esa zona existían
en 1910, haciendas que contaban con 2,000 cabezas de ganado de las razas Suiza y Holstein.
La búsqueda del Bovino Criollo del Golfo en la actualidad
De acuerdo con da Silva (2014), la importancia de los recursos genéticos animales o zoogenéticos
resulta un componente primordial de los sistemas de producción pecuaria, ya que determinan as-
pectos fundamentales para los propios sistemas, tales como la cantidad y calidad de los productos
generados, y constituye la base para la selección direccional y la adaptación animal.
En México y América Latina, pese a que los recursos genéticos animales forman la base de la
producción ganadera, actualmente existen grupos en peligro de extinción, ya que estos tienden a
desaparecer dada su limitada incorporación a los sistemas productivos, debido a que en su selec-
ción no se ha considerado algún fin específico. Aunque en México la proporción de bovinos Crio-
llos es mayor en zonas montañosas habitadas por grupos indígenas, sobre todo de los fenotipos
serrano, negro, pinto y tostado, la dilución del material genético local es evidente y se requieren
acciones inmediatas para su estudio (Perezgrovas et al., 2011).
Aunque la conservación de los recursos genéticos debería aplicarse a todas las poblaciones
animales domésticas, la prioridad actual recaería en las razas nativas o locales, por lo que sería
urgente realizar una caracterización, lo más completa posible, de estos recursos zoogenéticos. En
este sentido, la importancia de conservar las poblaciones “in situ” debería ser una estrategia básica,
acompañada, asimismo, de la conservación “ex situ” de estas razas locales, utilizando las técnicas
de conservación “in vitro” y creando colecciones de germoplasma de las razas, con el objetivo
primordial de preservar la mayor cantidad de variabilidad genética posible, en el menor número
de individuos (Landi y Quiroz, 2011).
La variabilidad genética de la gran mayoría de caracteres de interés económico está deter-
minada, generalmente, por varios loci (herencia poligénica). Sin embargo, la teoría del modelo
infinitesimal, el que supone que las características cuantitativas están determinadas por muchos
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