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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
218 HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS
genes con poco efecto, ha mostrado algunas excepciones, que hacen posible detectar algunos
genes que poseen efectos de una mayor magnitud, a los que se les ha denominado como genes
mayores (QTL’s) (Uffo, 2003).
La conservación de las razas domésticas locales se justifica porque son una fuente de varia-
ción genética, que por selección natural desarrollaron genotipos con una amplia gama de adap-
tación a diversos ecosistemas y permiten el desarrollo económico y social de ciertas regiones en
Latinoamérica. Pese a ello, no todos los recursos genéticos se han caracterizado y continúan sin
habérseles otorgado garantías para su preservación. Las razones son diversas y parten desde la di-
ficultad de contar con recursos económicos y tecnologías, para así dar a conocer su características
relevantes para conservarse y evitar que estos recursos locales sean sustituidos por otros forá-
neos, que en teoría resulten más productivos, sin previamente conocer cuáles son esas caracte-
rísticas que han permitido que las razas locales permanezcan desde siglos atrás de su introducción
y contribuyan al desarrollo de una región (Landi y Quiroz, 2011).
De acuerdo al registro del organismo de la FAO para la conservación de los recursos gené-
ticos (DAD-IS, 2014), en la costa del Golfo de México subsiste un número determinado de bo-
vinos Criollos que ha sido designados como Bovinos Criollos del Golfo; sin embargo, no existen
reportes publicados sobre sus características morfométricas y genéticas que permitan asignarle
a este grupo genético una finalidad zootécnica específica necesaria para su inserción a una vida
productiva que garantice su conservación.
Dentro de la Cumbre de la Tierra de que se celebró en Río de Janeiro, donde México y
otros 177 países firmaron la Declaración de Principios y la Agenda 21, se supedita el uso de la
herencia genética mundial a una serie de condiciones y presenta un primer nivel en este ámbito
(DAD-IS, 2014).
A partir de su integración a los acuerdos de Río de la ONU sobre la conservación del medio
ambiente en 1992 (ONU, 1992), México adquirió el compromiso de preservar sus recursos zoo-
genéticos y es una obligación legal mantener las razas locales y Criollas que se han desarrollado en
el país, como es el caso del ganado Criollo del Golfo.
Universidad Autónoma de Chiapas