Page 253 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD ANIMAL EN ZONAS MONTAÑOSAS DE
CHIAPAS Y PROPUESTA DE RAZAS LOCALES DE BOVINOS CRIOLLOS 253
campesinos e indígenas, el resultado del censo ganadero igualmente específica que sólo 11% del
ganado de Chiapas consume algún tipo de alimento balanceado y que únicamente poco más del
1% de los bovinos están dentro de programas reproductivos basados en la inseminación artificial
(INEGI, 2007).
El panorama anterior permite vislumbrar al menos dos ángulos de la problemática; por un
lado, los programas de fomento ganadero están siendo aprovechados por los productores con
mayores recursos, quienes prefieren ir cambiando gradualmente su ganado hacia biotipos más
comerciales ayudados por los apoyos oficiales y por medio de sementales foráneos de los llama-
dos “mejoradores”, sin darse cuenta que están reduciendo peligrosamente la base genética del
ganado bovino, de modo que ahora se encuentra apenas media docena de esas razas exóticas
o transfronterizas. Por el otro, los pequeños productores campesinos e indígenas de Chiapas
quedan, por lo general, al margen de esos apoyos en efectivo y en especie, pero mantienen un
ganado muchísimo más resistente a situaciones precarias de alimentación y alojamiento, de mayor
rusticidad y que es menos vulnerable a enfermedades y a los riesgos derivados del cambio climá-
tico; además, estos animales locales representan igualmente un conjunto de genes valiosos que
son susceptibles de preservarse (in situ y/o ex situ) para las futuras generaciones, y que introducen
elementos de sostenibilidad al sistema productivo pecuario ―y al modo de vida cotidiano― de
las poblaciones menos favorecidas.
El hecho que los bovinos Criollos de Chiapas sean más numerosos en zonas de orografía
accidentada y a mayor altura sobre el nivel del mar, así como entre productores pecuarios perte-
necientes a alguna población indígena, ya había sido reportado en otros estados de la República y
con otros bovinos Criollos. Tal es el caso del ganado bovino autóctono de Nayarit, que se asocia
a poblaciones de las etnias Huichol y Tepehuana que habitan en los parajes que están más alejados
y que son de difícil acceso (Martínez, 2005), y que sería el mismo caso para el ganado Rarámuri
de la sierra Tarahumara de Chihuahua, como ya se mencionó en los antecedentes de este trabajo.
Sobresale en el presente estudio la cantidad de vacas Criollas en las áreas rurales de la región
V Altos (67.3%), que fue el porcentaje más elevado de todas las regiones analizadas; esta zona
montañosa está habitada por indígenas de las etnias tzotzil y tzeltal, y tienen a la cría de vacas
Universidad Autónoma de Chiapas