Page 60 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
       60      HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS






               las humildes viviendas se hacía apenas una comida al día; “los más pobres consumían legumbres y
               hortalizas, así como queso y aceitunas” (Calvo, 2000: 28), a veces con algo de carne de cordero

               o cabrito, en cuyo caldo se mojaba el pan. El panorama no debió ser muy alentador para quienes

               tenían ambiciones por la aventura o ganar dinero, que eran los menos, pues la mayoría de los
               españoles eran sedentarios:



                         Nacieron, vivieron y murieron en un mismo lugar del que apenas si salieron alguna vez. El
                    horizonte vital de muchos se redujo a la villa o aldea donde nacieron y su mundo se acababa en un
                    perímetro de escasos kilómetros. (Calvo, 2000: 44)

                    Es claro que quienes se atrevieron a salir de lo común tenían una buena razón para ello, y

               las historias de los viajeros debieron impactar su mente aventurera —o cansada de pobrezas y

               trabajos pesados— como para incitarlos a salir de su zona de confort y tratar de encontrar fama y
               fortuna en las tierras recién descubiertas.



                    Los viajes de exploración

               Se ha documentado ampliamente que los primeros animales domésticos europeos llegaron al
               Nuevo Mundo en los diferentes viajes del Almirante Cristóbal Colón, como elemento estratégico
               de una iniciativa suya —o de sus patrocinadores— para establecer poblados que contaran con to-

               dos los recursos conocidos por los navegantes, ahora convertidos de manera voluntaria o forzada

               en incipientes colonos. Los animales que llevara Colón desde la Península Ibérica o las Canarias,
               podrían ser considerados como el primer material genético destinado al poblamiento pecuario
               de las tierras recién descubiertas, ya que el propio Almirante había sugerido a los Reyes Católicos

               que enviaran a las Indias “animales de todas las clases” (Colón, 1972).

                    Sin embargo, con una visión de orden práctico, la realidad debió ser mucho más mundana
               al subir estos animales en las embarcaciones para incluirlos en la dieta de los tripulantes y pasa-
               jeros de las naves. Martínez (1983) hace un recuento del diario acontecer en aquellas flotas de

               exploración y de conquista, y nos deja ver con claridad el verdadero papel de los animales que

               viajaban dentro de los buques, al establecer que los pasajeros de principios del siglo XVI que se






                             Universidad Autónoma de Chiapas
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