Page 61 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA GANADERÍA BOVINA EN MÉXICO.
LA CONQUISTA E INICIO DE LA ÉPOCA COLONIAL 61
embarcaban en España hacia el Nuevo Mundo se proveían de ellos en Sevilla, Cádiz o en San-
lúcar de Barremada con relativa facilidad. Según sus amenas descripciones, este autor indica que
los barcos eran a menudo corrales marinos, puesto que llevaban en la cubierta o en la bodega:
vacas, corderos, cerdos y gallinas, los que eran repuestos en la primera escala del viaje en las Islas
Canarias, a donde llegaban tras algunos días de navegación (Martínez, 1983: 60).
Esto demuestra que se embarcaban los ganados tanto en la península como en las islas, lo
que significa una mayor base genética y diversidad. Ojalá existieran los detalles puntuales de la
forma en que el ganado mayor era subido a los galeones y carabelas, lo que con seguridad era
una empresa prolongada y difícil; se sabe que los caballos —esa especie pecuaria de la que existe
mayor información durante esa época— tenían que ser arrojados al mar para que nadaran hasta el
costado de las naves, desde donde eran izados a cubierta por medio de poleas, para después aco-
modarlos en el interior del buque, muchas veces sujetos de las vigas con lienzos de tela y viajando
con las patas al aire para evitar que se lastimaran por su excesivo nerviosismo. Es probable que un
mecanismo similar se pusiera en práctica para introducir a los bovinos, aunque estos animales no
requerían de viajar elevados del suelo por su carácter dócil y sosegado. Habría que imaginar, sin
embargo, que el ganado requería de agua dulce, henos, y trabajo cotidiano de los grumetes para
mantener limpios los espacios en que viajaba.
Añadiendo a lo anterior, el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo relata que la primera
escala en los viajes al Nuevo Mundo se hacía en especial en la Gran Canaria o en la Gomera “por-
que son fértiles e abundan de bastimentos y de lo que conviene a los que esta larga navegación
hacen”. Este personaje menciona con lujo de detalle que en el segundo viaje de Colón, sus 17
naos y carabelas pasaron a las Islas Canarias, puesto que
…toman ahí los navíos refresco de agua o leña, e pan fresco, e gallinas, e carneros, e cabritos,
e vacas en pie, e carne salada, e quesos, e pescados salados […] y otros bastimentos que conviene
añadirse sobre los que las naos sacan de España. (Fernández de Oviedo, 1959: 36)
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