Page 65 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA GANADERÍA BOVINA EN MÉXICO.
                                                    LA CONQUISTA E INICIO DE LA ÉPOCA COLONIAL                    65






           que viajaron toda suerte de hombres de leyes, frailes, artesanos, albañiles, contadores, pastores,
           jueces, agricultores” (Cebrián, 2006: 59), y seguramente también se embarcaron ganados y gana-

           deros para asentar la población de manera más permanente.

                Para el año 1504, el sevillano Rodrigo de Bastidas, próspero mercader de las islas del Cari-
           be, se dedicó a invertir en ganado bovino en La Española, asociado nada menos que con Diego
           Colón (Cebrián, 2006), y se puede establecer la tesis de que había tierra apta y suficiente ganado

           para esta empresa, así como recursos económicos para hacerla realidad. La procedencia de este

           ganado puede situarse en las tierras andaluzas desde donde partían las naves, o bien de los hatos
           que ya prosperaban en las Islas Canarias, formados por gran cantidad de animales que por su ca-
           rácter manso eran llevados desde el norte de la Península (Sánchez, 1984). Esa es la razón de la

           diversidad de las razas de bovinos en las Canarias, y puede ayudar a explicar la variedad genética

           y fenotípica del ganado Criollo en los distintos países americanos.
                Pocos años más tarde, una flota de tamaño igualmente considerable (30 navíos y más de
           2,000 personas), capitaneada por el segoviano Pedrarias Dávila, designado gobernador del Darién

           (Panamá y Venezuela) en la Tierra Firme, zarpó de España en 1514 con una hueste formada por

           cientos de campesinos, ganaderos, clérigos y soldados (Cebrián, 2006), que ya en la Tierra Firme
           pudo desarrollar una agricultura y una ganadería prósperas, multiplicando las plantas y los animales
           traídos del Viejo Mundo.

                Buen número de los capitanes españoles de la época de conquista, habían pasado sus prime-

           ros años como estancieros en alguna de las islas del Caribe, especialmente en La Española y Cuba,
           entre ellos Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Francisco Pizarro y hasta el mismo Bartolomé
           de Las Casas, quien llegaría a ser el primer obispo de la provincia de Las Chiapas, pero que en

           sus años mozos —antes de tomar el hábito dominico— fuera terrateniente caribeño. El propio

           Hernán Cortés se embarcó en 1504 hacia La Española, donde realizó gestiones administrativas
           como escribano, generando ingresos cuantiosos que le permitieron prosperar como agricultor y
           ganadero. Después de la conquista de Cuba en 1511, que había sido ordenada por Diego Colón,

           las primeras cabezas de ganado vacuno que llegaron a Cuba fueron llevadas por Diego Velázquez

           de Cuéllar, las cuales entregó en las primeras encomiendas y repartimiento de indios (Tudela,






                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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