Page 74 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
       74      HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS






               1544, y entró a la ciudad de Lima bajo la “aclamación de una multitud delirante”. Este personaje
               se pasó varias semanas festejando su nombramiento, con “juegos de cañas, corridas de toros y un

               espectáculo de moros y cristianos” (Bernand y Gruzinski, 1996: 461).

                    Por la época, esos juegos de cañas eran espectáculos propios de caballeros, es decir, de gen-
               te de a caballo, en los que “varias cuadrillas de jinetes hacían competencias en destrezas” (Calvo,
               2000: 83); por lo general, esas fiestas iban acompañadas con corridas de toros. De la casta de

               los toros no se hace mención en ninguna de las referencias citadas, pero probablemente no eran

               todavía razas de lidia, sino reses bravas utilizadas para recordar lo que los conquistadores habían
               visto en las fiestas españolas.
               De acuerdo con Sánchez (1984: 492), no existía en el siglo XVI el ganado de lidia como hoy lo

               conocemos, sino animales que eran provistos por los carniceros y que los elegían de las vacadas

               comunales por su temperamento más dispuesto a la embestida, mientras que los demás animales
               “ilidiables” pasaban directamente “a la tabla”. Es así que se puede pensar que las corridas de toros
               celebradas en México y Sudamérica a principios de la época colonial, se llevaban a cabo con las

               reses más bravas que se identificaban entre los hatos de los vecinos.



                    La diáspora del ganado bovino
               Posterior a los meses de la conquista de la ciudad de México-Tenochtitlan, y con algunos de los

               soldados establecidos como encomenderos recibiendo tributos en especie y en servicio de indios,

               empezó a multiplicarse el ganado mayor. En los primeros años, el desarrollo de la ganadería bo-
               vina sucedió en forma lenta, y los vacunos se empleaban para el transporte de bienes y personas
               en carretas y para el arado de las tierras de cultivo (Tudela, 1993: 135), e incluso se reguló su

               matanza para no reducir la escasa población de vacunos.

                    Además de los ganados traídos por Cortés a la Nueva España, probablemente entre 1521 y
               1526, se tiene registro que fue Gregorio Villalobos el que llevó un lote de bovinos al actual puerto
               de Tampico en el año 1521, aunque de Alba (2011: 9) menciona que esa versión no es confiable

               debido a que sus cartas a la Corona sólo hacen referencia a que había realizado la introducción

               de ganado, sin proporcionar los detalles necesarios sobre la cantidad de semovientes y su origen.






                             Universidad Autónoma de Chiapas
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