Page 220 - FRUTAS DEL TRÓPICO
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               inflorescencias afectadas no prenden frutos, la malformación puede reducir grandemente la
               producción de fruta.

                    Los brotes vegetativos también son afectados, y se usan los nombres “bunchy top” y “es-

               coba de bruja” para describir la distorsión de estos órganos en algunas áreas (Ploetz, 2001).

               Las yemas de los brotes apicales o axilares se deforman y se acortan notablemente en sus

               entrenudos. Las hojas se enanizan, y son estrechas, frágiles y curvadas hacia atrás del raquis

               principal. Las yemas no se expanden completamente, dando por resultado una apariencia

               “arrepollada” de estas partes de la planta. Si todos los brotes en una planta son infectados, ésta

               queda achaparrada.

                    La causa de la malformación o escoba de bruja fue confusa durante  muchos años; las
               causas sugeridas incluyeron ácaros, problemas nutricionales, desequilibrios hormonales, virus,

               fitoplasmas y otros factores desconocidos (Ploetz, 2001). Aunque un agente etiológico fungo-

               so ha sido confirmado como agente causal de esta enfermedad por numerosos investigadores

               en por lo menos seis diversos países, está claro que varios patógenos están implicados. F. man-

               giferae (sins. Fusarium moniliforme y F. subglutinans) es el más común y ampliamente divulgado,

               pero por lo menos otras dos especies causan estos síntomas. F. sterilihyphosum en Brasil y Sur-

               áfrica, y F. sp. MP I en Brasil. En México, un cuarto taxón que está cercanamente relacionado
               con F. sp. MP I puede ser el responsable (Rodríguez-Alvarado et al., 2006).

                    La diseminación de esta enfermedad a través de largas distancias se da por el movimiento

               de materiales de vivero infectados. En el caso de distancias más cortas, el ácaro de la yema del

               mango puede vectorear al patógeno y facilitar la infección vía sus actividades de alimentación en

               las células epidérmicas de los brotes florales y vegetativos. F. mangiferae tiene una distribución

               altamente localizada dentro de los árboles de mango malformados (Ploetz, 1994), y las infeccio-

               nes pueden permanecer latentes por largos periodos antes de que se desarrollen los síntomas.








                             Universidad Autónoma de Chiapas
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