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EL LENGUAJE COTIDIANO DE LOS ESTUDIANTES
50 UNIVERSITARIOS, DESDE LAS VOCES DE SUS ACTORES
nuestro idioma, donde han existido siempre, marcadas de una forma peyorativa, y que aquí
registramos en ausencia de moralismos.
Glosario que es como el chile verde, picante pero sabroso, que da calor a la palabra cáustica.
Es como la herramienta que sabe usarse, útil cuando se precisa su aplicación. Es un reper-
torio de palabras ya soberanamente reconocidas del habla mexicana, la receptoría de nombres
genéricos que pretenden identificar su propia naturaleza a saber:
- Garabatos - Malas palabras
- Groserías - Palabras picantes
- Improperios - Palabrotas
- Leperadas - Peladeces
- Majaderías - Voces gruesas
El significado de estas voces nos conduce a un denominador común invariable: la falta de
respeto, teñida en ocasiones de mordacidad, imprudencia, insulto o injuria.
Como ingrediente universal lleva implícito, esas palabras malsonantes, lo obsceno, grose-
ro y soez. Por decoro, debemos alejarlas de nuestros oídos de personas “piadosas o de buen
gusto” y de las familias de la “alta sociedad”, que se quejan de la población de estrato social
bajo, que emplea el lenguaje grueso para comunicarse. Sin embargo, muchas de las voces para
algunos resultan malsonantes, a veces son expresiones de afecto.
No es siempre la mala educación, la constante de su explosión en la plática coloquial.
También influyen la tensión que nos cobija, el enojo, la irritación, el desasosiego y sobre todo,
la intención.
Universidad Autónoma de Chiapas
