Page 51 - EL LENGUAJE COTIDIANO
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EL LENGUAJE COTIDIANO DE LOS ESTUDIANTES
                                                             UNIVERSITARIOS, DESDE LAS VOCES DE SUS ACTORES       51






                Existen personas muy doctas que las sueltan porque han sido ofendidas y quieren tomar
           revancha, encolerizadas o exaltadas.

                 Lo grave es la intención perversa, sobre todo, llega al improperio, transformando la ex-

           presión obscena en acto agresivo. También es factor de obscenidad el tono en la emisión de

           la voz que al bajarse de intensidad en un discurso o comunicación, haciendo a la vez , el mo-

           vimiento o gesto de taparse la boca con los dedos, hace aceptable lo malsonante, restándole

           mucho de su significado despectivo.

                El lenguaje mordaz se ha hecho cada vez más usual entre los mexicanos. Lo escuchamos

           a diario y en todo lugar: en la calle, en el teatro, en la televisión, en el trabajo, en las fiestas y

           reuniones. Y cada vez con mayor profusión.
                En ocasiones especiales, vale más decir, a fuer de caballeros, una leperada poco conocida,

           que la palabra cruda para hacer referencia a algo desagradable. Así, las damas sensibles notaran

           menos el atrevimiento, dada su aparente ignorancia del habla coloquial de los mayores y de la

           jerga de los universitarios.

                Las voces malsonantes no deben tomarse en armas de mojigatería que obscure, el uso

           franco y limpio de las palabras encubriéndolas con velos de vergonzante disimulo, escrupuloso,

           al señalar que se debe hablar con la decencia de ella: las nalgas no son asentaderas, pompis o
           glúteos; los huevos no son blanquillos, el chile no es un picante.

                Hablar con hipocresía es tanto como vestir al diablo con sotana de cura para no verlo

           encuerado. Esta afectada humildad o cobardía induce ocasionalmente al ataque personal por

           supuestas violaciones a la urbanidad y a la moral.

                 El origen etimológico de las palabras malsonantes suele ser inocente y en consecuencia,

           también su significado primigenio. Así por ejemplo: cabrón es el macho cabrío y pendejo, el

           pelo que nace en el pubis y en las ingles.








                                                              Universidad Autónoma de Chiapas
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