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EL LENGUAJE COTIDIANO DE LOS ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS, DESDE LAS VOCES DE SUS ACTORES 73
jeres prefieren formas analítico-descriptivas como la gente con la que voy, el grupo de gente
con quien salgo, mis amigos de la facultad, etc. (Molina, 2002, 106-107).
Entre los miembros de un grupo, con los chicos son frecuentes los apelativos colega, tío,
tronco (y la forma apocopada tron), macho, chaval, chavalote, pibe, nano, y con las chicas,
beibi, piba, titi. Se utilizan también como apelativos cariñosos palabras que en su significado
recto son ofensivas: cabrón, cabronazo, maricón, mariconazo, gilipollas. El individuo puede ser
un tío o un pavo, una chica, una cerda, una piba o una pava, la gente, el personal. Los padres
son los viejos o mis viejos, el hermano pequeño es el enano.
Cuando se trata de personas de la tercera edad o personas anticuadas, reemplazando al
viejo término carroza aparecen más nuevos como triciclo, porcelana, retablo, mármol, diligen-
cia, amortizado, pureta, canica, pelota de golf (los dos últimos, como manifestación del humor
negro, porque van directamente al hoyo).
De la esfera del ligue son encoñarse (enamorarse) y las denominaciones de la compañera
sentimental: churri, chati, chorba, beibi (algunas usadas también como vocativos amorosos).
Cuando se habla de las relaciones sexuales, muchas veces se recurre a un léxico rayano
en el vulgarismo: polvote, polvazo, polvata, flete (coito), tirarse a alguien, mojar, meter, trincar,
echar un polvo, echar (meter) un clavo, poner una inyección, echar un flete, picar, picársela,
clavársela, hacérselo, tabicársela a alguien, cepillarse a alguien (copular), paja (masturbación),
hacerse o pegarse una paja, tocar la campana (masturbarse el hombre), matarse a pajas (mas-
turbarse en exceso), poner cachondo (excitado sexualmente), estar cachondo (estar excita-
do sexualmente), empalmarse, armarse (ponerse en erección), muerdo, pico (beso), dar un
muerdo (besar), morreo (besuqueo continuado en la boca), morrearse (besarse en la boca),
darse la paliza con alguien, darse un (el) palo con alguien, darse (pegarse) el lote (magrear,
toquetearse y excitarse sexualmente), no comerse un rosco o una rosca (no conseguir ligar,
Universidad Autónoma de Chiapas