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LISBER FARRERA REYES 240 MARÍA LUISA TREJO SIRVENT perspectiva diversos posicionamientos. Coincidimos con lo que menciona una investigación co- lectiva “cobran relevancia la construcción de conocimientos propios, la generación de información contextualizada, que permita la refexión crítica con los discursos construidos e impuestos desde el exterior. Por ejemplo, en el ámbito educativo sería importante y necesario incorporar esta línea en los estudios con enfoque regional” (Delgadillo, et al 2000: 116). La región del objeto de estudio, se conformó a partir de las interacciones, prácticas sociales, relaciones existentes en la vida escolar, social, cultural, personal y comunitaria de los estudiantes de educación básica en torno a su proceso de biliteracidad en su lengua materna tseltal y el espa- ñol como segunda lengua. Se pensó la región, a partir del territorio, la delimitación espacial no como la única forma de regionalizar, sino como un punto de partida de tantas posibilidades para la construcción de re- gión. “El territorio surge como el punto de contacto entre los discursos, percepciones, lenguajes, trayectorias, rutinas, representaciones y las vivencias, acontecimientos o estados relacionales de diferentes entidades que accionan lo social” (Rózga, Ryszard y Hernández, 2010:601). Este escenario regional planteado para la biliteracidad, no sólo responde a la dimensión geográfca; sino también a las epistemológicas, flosófcas, cosmogónicas, históricas, sociocultu- rales, lingüísticas, educativas, políticas y económicas, que fuyen entre las culturas inmersas en el territorio. Estas dimensiones, están inmersas y relacionadas en el objeto de estudio; para su de- limitación y por su naturaleza compleja, se priorizaron tres dimensiones: la territorial, la histórica y la sociocultural. Este estudio ve a la región desde lo micro, pero responde a múltiples dimensiones adheribles a los sujetos históricos, retoma al territorio como una comunidad confuyente de diversas dinámi- cas sociales, culturales e históricas, como se explica a continuación. Para los pueblos indígenas el territorio es un elemento constitutivo de su condición de pue- blo. Es la base de las relaciones socioculturales, no solamente como medio de supervivencia ofrecido por la tierra en la que cultivan sus productos y crían sus animales, los bosques y selvas, la fauna, los ríos y manantiales necesarios para la vida. Es también la base de su organización social y el espacio en el que interactúan y construyen redes sociales. Universidad Autónoma de Chiapas