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LISBER FARRERA REYES 246 MARÍA LUISA TREJO SIRVENT individuo a las prácticas sociales. Esto último, exige tomar en cuenta los contextos de uso y las funciones de la literacidad en los ámbitos social y cultural. Esta perspectiva, implica dejar de pensar en la lectura y escritura como una competencia básica, habilidad individual y el uso exclusivo del texto. Hace refexionar sobre el uso de la lengua, ya no solamente como modos orales y escritos; sino también como modos de leer el mundo; ver que los gráfcos, letreros, la música, los diagramas, la textualidad virtual, y las fotografías, etc. permiten usar todos los sentidos del ser humano. Actualmente, los modos de leer y escribir textos audiovisuales, verbales o icónicos, permiten mostrar que la lectoescritura no es el desarrollo de simples habilidades aisladas de contenido y contexto. La comprensión y uso de diferentes tipos de texto, tiene una interconexión ligada a la práctica social, a su utilización con fnes específcos. La refexión, es que se aprende en situaciones concretas, que el aprendizaje es situado y que la socialización contribuye al acrecentamiento del potencial humano. La literacidad entonces se considera múltiple, se adscribirse y desplazarse a diversos ámbitos de actuación como la escuela, el hogar, la comunidad, etc. Estas consideraciones apuntan a otros debates sobre la lectura y escritura, que no se limitan a lo que los estudiantes hacen en la escuela; sino también a las prácticas de literacidad por fuera de ella. Es necesario investigar cuáles son las nuevas prácticas de lectura y escritura, a través del consumo mediático y cultural y que es lo que hacen los estudiantes en su vida cotidiana. Esto permitirá comprender cómo construyen y utilizan esta nueva generación digital, sus literacidades, para establecer puentes entre los intereses de alumnos y del sistema educativo. La escuela actualmente debe transitar en el reconocimiento de la construcción de conoci- miento en la vida cotidiana, de los saberes locales y partir de la idea de que el conocimiento y el aprendizaje son situados. Es necesario dejar de desvalorizar estas otras literacidades que no se desarrollan en el ámbito escolar; pero confuyen de manera invisible o visible; esto abrirá a la educación nuevos horizontes para generar prácticas educativas vinculadas a la vida cotidiana de los estudiantes y su experiencia textual situada en contextos específcos. Universidad Autónoma de Chiapas
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