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LA BILITERACIDAD COMO PRÁCTICAS DE LECTURA Y ESCRITURA SITUADAS 251 La literacidad como práctica social situada, es una aportación de la antropología y la sociología al ámbito educativo; es una importante contribución al proceso de aprendizaje de los estudiantes, éste está vinculado a ámbitos particulares de una actividad donde intervienen relaciones e interac- ciones sociales, el contexto, los artefactos culturales y los participantes. Así, un lector aislado, un libro o una sala de biblioteca no conforman un evento de lectura, se precisa la interacción entre participantes, ámbito o contexto físico, artefactos y actividades (Martos, 2010). Para Barton y Hamilton (1998), existen cuatro elementos básicos en los eventos de litera- cidad: los participantes; el contexto físico; los artefactos y las actividades. Estos, están interrela- cionados entre sí por medio de procesos sociales. En un evento de literacidad siempre existen participantes adheridos a un contexto, utilizando ciertos artefactos en determinadas actividades. En este análisis hay que distinguir entre los elementos visibles y los que no lo son, dado que en las prácticas de lectura y escritura siempre entran en juego estos dos elementos. Los eventos letrados como unidades de análisis son actividades donde la literacidad asume un rol y es esencial reconocer todo lo que está implícito y explícito en estas prácticas sociales, por ejemplo ¿qué se lee?, ¿para qué?, ¿por qué?, ¿con qué?, ¿con quién o quiénes?, ¿cómo y dónde?, ¿con qué artefactos?, ¿en qué situaciones, propósitos, condiciones, maneras de leer y escribir?, ¿qué es lo que la gente hace con estas prácticas? Los NEL proponen que, en este entramado de relaciones e interacciones, también se obser- ven las relaciones de poder establecidas a través de las prácticas de literacidad, los valores, senti- mientos, creencias, percepciones y formas de ver el mundo, las actitudes y la toma de decisiones de los participantes. Este enfoque sociocultural de la lectoescritura, se da a través de prácticas situadas en un contexto particular. El aprendizaje también es situado informal, a través de las interacciones so- ciales. Smith (1990), en sus registros etnográfcos sobre la vida social, percibe que se vive en un mundo infuido por los textos y que los sucesos sociales de alguna forma involucran prácticas de literacidad. Un importante número investigaciones de los NEL, se han realizado en ámbitos ex- traescolares, sobre cómo las personas utilizan las prácticas de lectura y escritura en su vida normal y cotidiana, recalcando su riqueza, diversidad y complejidad en la que las personas se involucran, Universidad Autónoma de Chiapas