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LA BILITERACIDAD COMO PRÁCTICAS DE LECTURA Y ESCRITURA SITUADAS 253 En cuanto al discurso, Cassany (2012) señala, que ya no incluye solo letras, también contiene audio, imagen, videos, etc. Así desde estas construcciones sociales, el texto adquiere un carácter multimodal o multimedia. Para Kress (2003), el predominio de los modos de imagen y pantalla cibernética, como un medio, repercuten en las funciones y formas de la escritura. Estas caracterís- ticas particulares de los textos multimodales se elaboran de acuerdo al fn y a las prácticas sociales. Desde el enfoque de los NEL, se reconoce la diversidad de la textualidad multimodal, el texto deja de ser lineal para diversifcarse mediante artefactos culturales, incluyendo el lugar, el diseño y la vestimenta social. Las prácticas de literacidad entonces, están inmersas en el uso, producción e interpretación de los textos multimodales, en forma separada o inmersa en la cultura escrita. La textualidad en los diferentes contextos de aprendizaje es multimodal, el mundo virtual a través de las nuevas tecnologías hace fuir un mundo constante de posibilidades en artefactos cultu- rales y en las maneras de desarrollar la lectura y escritura, cuyas interacciones se vuelven aún más compleja. Y en estos espacios el uso de la literacidad tiene fnes diversos, no exclusivos del apren- dizaje académico, también son prácticos como planear reuniones, organizar una festa, debatir en una conversación, comunicarse, recrearse, divertirse, actividades de la vida cotidiana, etcétera. El texto alrededor de la lectura y escritura, es un artefacto cultural visible en los eventos y prácticas letradas. Los investigadores de los NEL, se interesan más en conocer las implicaciones que tienen los textos en los individuos, las formas y maneras de utilizarlos, pues le dan sentido al texto para volverlo útil a la vida cotidiana de la gente y a su aprendizaje. Está menos estudiada la manera en que se usan los textos de un ámbito a otro, para transitar del ámbito familiar y comu- nitario al escolar. Las investigaciones de Street (2003), Heath (1982) y Zavala (2009), entre otros, rescatan la importancia de observar las prácticas de literacidad en el hogar y la comunidad, por ser espacios de aprendizaje que generan construcciones de conocimiento valiosos para las prácticas de lectura y escritura escolares. Esta contribución es valiosa en el terreno educativo. Bajo esta perspectiva sociocultural, las literacidades no están desvinculadas. Una de sus f- nalidades es explorar la forma en que la gente aplica extraescolarmente estas prácticas y se re- troalimentan. Es decir, cómo se trasladan tales prácticas de los estudiantes en su vida escolar y Universidad Autónoma de Chiapas