Page 168 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
      168                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






               dientes a todo aquel que le reclama una intervención contundente contra los barristas “enemigos”
               causantes del daño a nuestro compañero.
                    En algún momento, parece que hubo mínima atención médica para el golpeado. Mientras
               tanto, miembros de una camioneta de la policía estatal han detenido a un par de jóvenes barristas

               contrarios, quienes se ven pálidos y muy serios, asustados ante la falta de certeza de su desti-
               no inmediato en una ciudad que no conocen ni es la suya, pero a la que llegaron a atacar quizá
               pensando que así se defienden los colores de su club. Un comentario llega hasta mí: “Seguro los
               sueltan porque no saben qué hacer con ellos y no hay denuncia”.

                    La violencia física, en este caso la pelea, es una acción de personificación de la barra, que
               busca ser reconocida y temida, en la vía pública, por eso se agrupa, se actúa mediante cantos y
               peleas, se acuerpa para hacerse notar; desde esa condición se desafía al rival y no importan los
               afectados colaterales, aquellos que se ven atrapados en algo amenazante fuera de su interés,

               aquellas víctimas temerosas de esa presencia producida con violencia; así encuentra la barra pun-
               tos vulnerables de la sociedad, de otros aficionados que asisten al mismo juego y del transeúnte
               que es objeto de sus gritos.
                    También parece haber en la práctica no solo la necesidad de la agrupación visible sino ade-

               más la posibilidad de división de la barra. Ello, la generación del colectivo, fue evidente alrededor
               del “tope” (así tardara en reaccionar), tanto como fue observable su desagregación y el efecto
               de mímesis al mezclarse con los demás aficionados sobre las calles al reacomodarse en parejas,
               tríos o cuadrillas para difuminarse entre el paisaje de transeúntes asistentes al juego. Desagregarse

               también es una táctica de lucha, pues en díadas o tríos es más sencillo infiltrarse, pasar desaper-
               cibido, invisibilizarse al tiempo que se recolecta y circula información valiosa, que de hecho es
               utilizada, sobre la situación general o por zonas del conflicto, según la evolución del performance
               de la pelea campal.

                    Así fue como inspeccionamos algunas calles, y lo que vimos (que había grupitos de rivales
               apostados en tales sitios; que la policía local había levantado a dos rivales) fue comunicado a otros
               barristas y con ello se definió la estrategia inmediata, así como nuestro comportamiento hasta que
               entramos, en conjuntos pequeños, al estadio, para ya adentro reunirnos todos de nuevo, y ser de
               nuevo la barra coatepecana. En todo momento, los responsables del viaje permanecieron junto
               al herido, y por precaución visible organizaron la salida y caminata de regreso al camión que fue

               parqueado a muchas cuadras del estadio.







                            Universidad Autónoma de Chiapas
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